Si Atos, Portos y Aramis fuesen personajes contemporáneos no estarían inundados de la nobleza, el honor y el carácter que todos sabemos que tienen. En nuestra película nos encontramos con unos mosqueteros del nuevo siglo y durante el metraje se nos presentan sus peripecias.

Esta historia de lucha y supervivencia se presenta a partir de
un hecho que dura un par de días, Jamal participa en la versión india del programa “¿Quieres ser millonario?”, y a través de este suceso y lo que ocurre en él se repasa toda la vida, que roza en lo épico, de tres jóvenes indios que nacen y se crían en un reducto de pobreza y miseria lo que marcará, cada uno a su modo, su personalidad y manera de ser.

Se inicia la película ubicándonos en la ciudad de
Mombay en el año 2006. Se nos presenta a Jamal como el concursante de un programa de televisión que opta a ganar una cantidad enorme de dinero. En los primeros cinco minutos se intercalan las escenas del programa con otras de un especial interrogatorio
que sufre el mismo personaje acusado de hacer trampas para ganar el dinero del premio del programa.


De ahí saltamos directamente a lo que resulta ser la infancia de Jamal, del que aún no sabíamos gran cosa. Es un niño de suburbios, que juega entre la miseria y la falta de recursos de uno de los barrios más pobres de la India. Sin zapatos, sin juguetes pero con dos cosas que ser revelarán clave en la historia: una sonrisa que refleja las ganas de vivir, de luchar por lo que quiere y de no dejarse hundir por lo negativo de su entorno; y un hermano, compañero de juegos y huídas que representará un camino paralelo, muy distinto al suyo. En esta fantástica escena de persecución entre los callejones y rincones de un barrio deprimido se pinta el entorno y la realidad de los protagonistas. Recuerda este fragmento al inicio de la película, con la que comparte bastantes cosas, Ciudad de Dios.
A partir de este primer flashback la dinámica de la narración lleva una estructura bastante fija. El avance dramático viene marcado por lo que sucede en el programa en el que cada pregunta se relaciona con un hecho profundamente significativo en la infancia y juventud de nuestros “mosqueteros”. De este modo el presente y el pasado se van turnando para ir pintando el cuadro que es la vida de los protagonistas, sus motivaciones y puntos más representativos. Todo parece indicar que la vida te marca de un modo tan indiscutible que cada peldaño que uno sube marca el lugar a donde se dirige la escalera de la vida. La idea que se pone de manifiesto y que se hace protagonista en tantas ocasiones en la película es que todo está escrito y esas palabras las vamos poniendo a lo largo de toda la vida; lo que pase viene marcado por el destino y el destino viene marcado por todas las experiencias que uno tiene.
Si abordamos esta historia con afán de etiquetarla, podremos encontrar diferentes resultados en función de ángulo con el que la analicemos. A bote pronto podríamos decir que estamos ante un drama, una vida de pobreza, miseria y sucesos traumáticos. Pero yo creo que esa es una visión superficial e incompleta. Tan tangible como la dureza de lo que se presenta es la fortaleza y la valentía de sus protagonistas y su inquebrantable lucha y superación de las adversidades, matizada en cada caso por las distintas personalidades de los mismos. Mirándolo asó podríamos hablar casi de un canto de esperanza y de llamada al coraje de afrontar el destino, por duro que sea, con convicción y ganas de salir adelante. Todo esto, como en la vida misma, está decorado con momentos cómicos, románticos o incluso de debilidad en los que se tocan muy diversos temas, la familia, la amistad, el amor (también podríamos decir que es una historia de amor), el trabajo, el dinero, etc.
Al final se da respuesta a la duda planteada como inicio, ¿por qué pasa lo que pasa?: está escrito.